Dentro de las complicaciones asociadas al cáncer, podemos encontrar una gran variedad de síntomas neurológicos, que pueden ser derivados directamente del cáncer, como una metástasis cerebral o pueden ser producidos por enfermedades no metastásicas, como por ejemplo las encefalitis paraneoplásicas autoinmunes, infecciones o ictus isquémicos producidos por hipercoagulabilidad. Las complicaciones neurológicas pueden ser derivadas también de los tratamientos del cáncer, como los inhibidores de punto de control inmunológico (inmune-check point inhibitors – ICPI) o las CAR-T cells, terapias innovadoras usadas en tumores refractarios.
Estos nuevos tratamientos tienen una alta tasa de complicaciones neurológicas por toxicidad. En el caso de los inhibidores de punto de control inmunológico, el espectro clínico de los síntomas es muy amplio, incluyendo la cefalea, encefalopatía, meningitis, síndrome de Guillain-Barré, otras polineuropatías periféricas o síndromes miasténicos. En muchos de los casos, su tratamiento se basa en la corticoterapia. En el caso de las CAR-T cells, la neurotoxicidad es una complicación común y se caracteriza por la aparición de un síndrome consistente en confusión, alteración del lenguaje, delirium, crisis epilépticas, alteración del nivel de consciencia y edema cerebral. Su tratamiento se basa en los corticosteroides, fármacos antiepilépticos, las terapias dirigidas a interleucina-6 y el soporte vital con ingreso en las unidades de cuidados intensivos de forma precoz.